El encuentro sobre la figura de Fernando de Valdés, la Inquisición y los libros prohibidos de Salas tendrá continuidad el año próximo. La Fundación Valdés-Salas ha anunciado que organizará en 2017 un “gran congreso sobre la reforma protestante”, aprovechando el quinto centenario de la fecha en que Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg.
Sobre lo sucedido estos días, la organización no dudó en señalar que los objetivos marcados sobre el salense Valdés fueron superados gracias al entusiasmo de los participantes. “Me ha sorprendido gratamente el interés que las nuevas generaciones de la universidad española sienten por el siglo XVI”, aseguró Jesús Menéndez Peláez. De lo recopilado en el encuentro saldrá, con toda seguridad, una publicación en una revista de prestigio en materia histórica. Además, ha marcado el inicio de una nueva forma de analizar la Inquisición y sus consecuencias culturales.
“En el ámbito de la esta institución, este enfoque es completamente nuevo, aportará muchísimas cosas y hará cambiar la mentalidad que sobre la Inquisición tienen muchas personas”, apuntó José Luis González Novalín, biógrafo de Valdés, que también mostró su satisfacción al comprobar que los estudios sobre este periodo histórico “están resurgiendo de una manera muy fértil, y en un campo nuevo”.
Libros entre vino
“Llevan estos libros desde Holanda entre el bizcocho, y entre otros vasos que parecen agua, vino o cerveza. De manera que conviene visitar las cuadernas de los navíos con mil ojos”. Este fragmento de una misiva, leído ayer en Salas por Sergio Fernández, de la Universidad de Huelva, da una idea de los métodos utilizados para introducir libros prohibidos en España burlando los controles de la Inquisición. “Se buscaron estratagemas para esconder las biblias y otros libros en barriles de doble fondo, o dentro del propio líquido, existiendo un tira y afloja entre los inquisidores y los contrabandistas”, aseguró Fernández, que ofreció una ponencia magistral sobre cómo se trataba de salvar la censura en el siglo XVI, cuando Fernando de Valdés ejerció como inquisidor general.
La ponencia del experto onubense cerró la segunda jornada del encuentro “Buenos y malos libros; censura y conflicto religioso en los tiempos de Fernando de Valdés”.