«Misa asturiana de gaita; esto no es un concierto, es una eucaristía como en la que participaban nuestros antepasados en los pueblos de Asturias, y que hoy presentamos». Así lo quiso dejar claro el párroco de la basílica de San Juan el Real, Francisco Javier Suárez, a los cientos de fieles que ayer por la tarde abarrotaban el templo.

Media hora antes del inicio de la misa, prevista para las 20 horas, ya habían empezado a entrar los primeros fieles, y veinte minutos después ya no había un banco para sentarse. Muchos fueron los que tuvieron que seguirla de pie, como el pintor Manolo Linares; la concejala de Somos del Ayuntamiento de Oviedo Mercedes González o el vocal del consejo de administración de Liberbank Felipe Fernández y su esposa.

En el coro alto del templo, en el centro, estaba situado el maestro Joaquín Valdeón, que también es director del Coro Universitario de Oviedo, y a ambos lados tenía a los integrantes del Taller «Lolo Cornellana» de la misa de gaita. A la derecha, el gaitero Xaime Menéndez, junto a la cantante tinetense Mari Luz Cristóbal Caunedo, invitada especial del taller desde su fundación.

La misa de gaita está considerada por Valdeón y grandes expertos como el catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo Ángel Medina «no sólo como una joya de la cultura asturiana, sino de la cultura española y universal».

La batuta del maestro Valdeón no sólo no defraudó a los cientos de asistentes, sino que iluminó sus caras, igual que lo hizo el coro, compuesto por doce voces; la cantante y el gaitero. Todos ellos tuvieron una actuación excepcional y difícil de olvidar.

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