Juan Manuel Menéndez González, mucho más conocido como “Lolo el de Cornellana”, nació en Cornellana, concejo de Salas, el 4 de marzo de 1950 y sintió la afición por la música desde muy temprana edad. A Lolo le gustaba cantar desde muy pequeño, aunque sus primeras vivencias en este terreno ni siquiera las recordaba, sino que se las contaron tiempo después. Es el caso, por ejemplo, de una cabalgata de Reyes en la que iba a cantar y con el susto de tanto preparativo le resultó imposible abrir la boca. O la foto, hoy perdida, en la que aparecía, de niño, sentado en las piernas del entonces gobernador civil de Asturias, Labadie Otermín, ante quien le llevaron a cantar en Casa Grana (Cornellana).

Dos monjas madrileñas que pasaban los veranos en Cornellana le enseñaron algunos rudimentos musicales y empezó a sentirse bien en el ámbito eclesiástico, aunque tuvo una educación sin el rigorismo religioso tan propio de la época, acaso en parte porque su maestro, Manuel Antonio Arias, sabía llevar con dignidad su desafección al régimen franquista.

Lolo hace el bachiller superior en la Universidad Laboral de Alcalá de Henares, donde había un coro prácticamente vasco-asturiano. Cursa Magisterio en Oviedo, donde también existía una agrupación coral a fines de los sesenta. La música coral es una de las grandes actividades y pasiones musicales de Lolo y su ejecutoria en este terreno es más que notable. Su vida laboral está centrada en la Caja de Ahorros de Asturias, hoy Liberbank. Fue subdirector de varias sucursales ovetenses, cerrando su trayectoria bancaria, en 2011, en la de Uría. En los años 70 formó parte del coro de la entidad bancaria y posteriormente del coro La Ferrería hasta su disolución.

Su afición por la Misa de gaita data de muy joven. Contaba Lolo a sus allegados: “a mí tocóme escuchala con el ‘Credo’ y a mí siempre me llamaba la atención el ‘Et incarnatus’. Y lo destacaban de la única manera en que se podía destacar en una Misa de gaita, que era tapando el punteru de la gaita y quedaba el roncón na más. Entós cantaba el cantor y ahí dependía un poco del arte que tuviera. Era una cosa impresionante. En una iglesia un poco grande, sobrecogía; en la de Cornellana, por ejemplo.Corría el año setenta o sesenta y pico. A lo mejor subían a cantar [al coro] seis o siete cantores”.

Su debut no pudo haber sido más imprevisto. Tras seguir a diversos cantores por el concejo y habiendo entablado amistad con el célebre don Ramón, sacerdote y cantante único de la Misa de gaita, éste le mandó un día, en plena misa, que hiciese el primer verso tras el “Gloria in excelsis Deo“, es decir, la primera intervención de los cantores. Por supuesto, Lolo no sabía nada de este plan ni había podido ensayar, pero el cura lo tranquilizó, como diciendo que allí estaba él por si había dificultades. Fue en 1970 y no hubo ningún problema. Lolo cantó la Misa de gaita, durante cuarenta años, interpretándola cada año más de diez veces por término medio. Las más de las veces cantando desinteresadamente, por cercanía y amistad con las gentes del lugar donde se celebra la misa, las cuales siempre tenían con él algún detalle en forma de productos de la rica tierra salense. En este concejo era habitual oirlo cantar la misa en San Juan en Cornellana, San Marcelo, Borreras, Figares, Loris, Santueña, Santa Eufemia, Santa Tecla, San Luis y Alava . Con sesenta años no se pueden tener las mismas facultades que con cuarenta, pero es innegable que aun proyectaba su voz abaritonada con gusto exquisito y magnífica afinación, con el timbre inconfundible de quien también sabe cantar tonada perfectamente. Era, además, un archivo vivo y memorioso de la Misa de gaita.

El entusiasmo de Lolo era contagioso, de forma que supo convencer a algunos amigos para que aprendieran a cantar la Misa de gaita. Sólo uno, sin embargo, la canta de manera sistemática, Pepe`l Molín de Cornellana.

 

Su dilatada trayectoria como cantor de la misa le permitió disfrutar del acompañamiento de numerosos gaiteros en una simbiosis músical mutuamente enriquecedora : Tino el de Pravia, Francisco Menéndez, gaitero de Godán, mas conocido como Paribañes o Perebañes, Manolo Quirós al que le unía una gran amistad y con el que cantaba misas no solo en el concejo de Salas sino también en el concejo de Quirós y en el de Cangas del Narcea, en el pueblo natal del tenor Joaquín Pixán, gran amigo de ambos. En los últimos años, fue acompañado por los hermanos salenses Bárbara y Xaime Menéndez. Éste último sigue con el legado y la tradición de la misa de gaita no solo acompañando intérpretes en el concejo de Salas sino que además siendo uno de los gaiteros que forma parte del Taller “Lolo Cornellana”. Este taller fue creado en septiembre de 2013, en el seno del Aula Valdés Salas de la Universidad de Oviedo y por iniciativa de la Fundación Valdés Salas. El Taller, dirigido por Joaquín Valdeón , director del coro Universitario de Oviedo, está concebido con una finalidad eminentemente práctica. Se realizan sesiones periódicas de ensayos y ya se han cantado misas en  Cornellana, Gijón, Avilés, Covadonga, Bárcena de Monasterio,  Tineo, Salas, Pravia, Madrid y recientemente en Valdediós.

Los cantores del Taller no constituyen en ningún caso un conjunto profesional. Algunos, como Pepe´l Molín cuentan con décadas de experiencia y la saben transmitir a aquellos que la cantan por primera vez. Hay miembros que representan la tercera y cuarta generación de cantores de la misa en la familia y forman parte de él la viuda e hija de Lolo.

Miembro destacado del taller es Mari Luz Cristóbal Caunedo, invitada desde su primera sesión, auténtica gran señora de la canción asturiana y cantante veterana de la Misa de gaita, que conoció de niña en tierras de Salas, y grabó con el Gaitero de Veriña en 1998.

Los principales objetivos de esta agrupación son: servir dignamente a la liturgia, ampliar el número de cantores de la Misa de gaita activos en nuestra región y contribuir, en fin, a la revaluación de la Misa de gaita con criterio musical y fundamento histórico y lleva el nombre de Lolo, como homenaje al que fue por dedicación, calidad y conocimiento de causa el intérprete de referencia en la transición del pasado al actual siglo, consiguiendo dar continuidad a una tradición que pasaba por dificultades, en parte debidas a las consecuencias del Concilio Vaticano II y en parte causadas por las propias transformaciones de la sociedad. Por eso, no sólo Salas, sino también todos los amantes de la cultura popular asturiana han de estarle agradecidos.


Nota: el texto anterior está basado en buena parte en los escritos de Ángel Medina sobre Lolo el de Cornellana, algunos publicados en esta misma web y también, muy especialmente, en su libro La misa de gaita. Hibridaciones sacroasturianas. Gijón, Museo del Pueblo de Asturias y Fundación Valdés Salas, 2012. Se han extractado diversos pasajes sin haber recurrido a la cita, para no cargar el texto de notas, con plena autorización del autor.